Mary Herrera conecta su vida y su cocina con celebridades que, de un modo u otro, la han motivado o llamado su atención. El “guiso” resultante, aliñado con una banda sonora a la que se accede por un enlace de Spotify, consta de cuatro ingredientes básicos: la biografía de los protagonistas y su relación con la comida, los recuerdos de la autora, sus reflexiones sobre asuntos diversos y la descripción del plato.

Junto a los hitos aparecen detalles menos conocidos de los homenajeados, como que Leonardo da Vinci era vegetariano o que el periódico El País se fraguó en el comedor de Simone Ortega. En esta fusión de historia e intrahistoria encuentra la autora inspiración para crear unos platos personalizados que asocia a sus propias vivencias.

Y con esta determinación me levanto cada día para intentar dar lo mejor de mí a mi gente, a mi familia, a mis amigos, que por fortuna son muchos y excepcionales, os lo puedo asegurar, y cómo no, a mis comensales. Sin ellos, este libro no habría visto la luz.

Disponía de una serie de recetas que me han proporcionado tantas satisfacciones, que he querido plasmarlas en este libro y compartirlas con todos vosotros.

A vegades fins al més petit, el més insignificant però fet amb sinceritat, amb amor, amb tenacitat, amb un toc de bogeria, la justa per desmarcar de l’avorriment, pot aconseguir veritables meravelles com la creació d’aquest llibre que em permetrà allò que tant anhelava.

Viatjar, conèixer una altra cultura, una altra gastronomia, perquè sóc defensora a ultrança de compartir xerrades i planejar al voltant d’una taula enllaçant mans d’allò que més vols, perquè a través d’un bon àpat o d’un simple cafè és on la majoria de vegades es decideix el destí de tots nosaltres.